Besos de Azúcar, el lado cursi e inocente de los tepiteños

besosdeazucarCarlos Cuarón presenta su segunda cinta, Besos de Azúcar, donde continúa demostrando es un dialoguista con un toque único y que tiene un buen ojo para hacer retratos costumbristas de México, tal y como lo habíamos visto en su anterior cinta como director, Rudo y Cursi, y en sus trabajos como guionista (Sólo con tu Pareja e Y Tú Mamá También dirigidas por su hermano Alfonso).

En el mítico barrio de Tepito vive Nacho, un adolescente casi niño, que tiene una familia disfuncional, su único amigo es el Cacayo, un adulto con deficiencia mental quien trabaja quemando películas clonadas. En el mismo barrio vive Mayra, hija de la lideresa de ambulantes, quien encuentra en Nacho su primer amor. Cuando los adultos se enteran, las consecuencias no tardarán en venir.

Besos de Azúcar debe su título a una canción que ambos bailan en un videojuego, también hace referencia al sabor que tienen los primeros besos en la adolescencia, y también refieren a lo cursi puede ser una historia de amor. Es también una divertida comedia costumbrista que resulta una sorpresa.

La película está repleta de personajes interesantes, más que los protagonistas, donde él es un tepiteño que cruza el pantano sin ensuciar su plumaje –o su uniforme de secundaria-, ella es tan virginal como ninguna. Ambos inocentes y víctimas de su entorno. El sufre del desapego que su madre siente por él, a  quien ve como un sucio recordatorio de su pareja que la abandonó. Ella es un estorbo para su madre que vuelca su amor en su hijo mayor, quien es un chaka hecho y derecho, detestable, bravucón y que no duda en intentar violar a su hermana por el simple hecho de sentirse superior y con derecho a hacerlo. Las relaciones familiares destructivas retratadas con un dolor certero y real.

Los actores están bien, dando lo necesario para que sus personajes sean creibles, destacan César Kancino como Nacho, Daniela Arce como Mayra, Kristyan Ferrer como el Chiquibuki y Héctor Jiménez como el Cacayo.

Quizá el punto más débil de la cinta sea en su empeño en presentar a los personajes como un cliché irreversible, el bueno es bueno al máximo y el villano, caricaturesco, es en el fondo un ser incapaz de reaccionar diferente a su entorno.

Un protagonista más de la historia es el barrio, las calles solitarias, los puestos de fayuca y piratería, la hermandad entre los que lo habitan y, sobre todo, las relaciones de poder que en él se desarrollan. El barrio no juzga, no demerita, sólo busca su supervivencia y para hacerlo no dudará en delatar o abandonar a quien no le sirva.

Carlos Cuarón continúa demostrando que es un buen director de cine costumbrista actual, realizando un interesante estudio de una parte de la sociedad de la ciudad de México. Una cinta interesante y que merece ser vista y sobre todo disfrutada.

Besos de Azúcar

Dirección: Carlos Cuarón

Guión: Carlos Cuarón / Luis Usabiaga

Con: César Kancino, Daniela Arce, Kristyan Ferrer, Verónica Falcón, Yolanda Martínez, Paloma Arredondo, Enrique Arreola, Héctor Jiménez

Estudio: Alsea / Besos Cósmicos

País: México 2013

Duración: 87 minutos


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