Con el estreno de La cura mortal, la trilogía de Maze Runner llega a su fin. A pesar de que la segunda entrega fue bastante desafortunada en su adaptación, en el aspecto visual y sobretodo en el ritmo de la cinta, la trilogía cierra de manera favorable.
El cine mexicano en su parte más comercial sigue apostando a las comedias como el único método para llevar público a las salas de cine, creando productos poco memorables en la mayoría de los casos, como lo es el remake de la cinta chilena “Sin Filtro” que para hacerle diferente le pusieron “Una Mujer Sin Filtro” en su versión nacional.
Paz tiene que soportar en casa a su pareja que no hace nada más que inspirarse para crear su arte, a un hijastro que no la respeta y a vecinos desconsiderados que le impiden descansar por las noches. En el trabajo descubre que ha sido degradada de puesto para darle el suyo a una influencer que no tiene idea de nada pero que cuenta con millones de seguidores. Una visita a un brujo del Mercado de Sonora le hará decir lo que piensa sin detenerse, cambiando su vida por completo.