Si hay un director capaz de reinventarse, reimaginarse, atreverse a cambiar de dirección y probar algo es sin duda Steven Soderbergh quien desde su primera cinta, la aún extraordinaria “Sexo, Mentiras y Video” (Sex, Lies, and Videotape, 1989) ha apostado por jugar con la narrativa y con el uso de tecnología de la época para crear atmósferas e historias donde el factor humano siempre esta presente, así sean sus comedias, sus dramas, sus cintas de acción y, en esta ocasión, con “Presencia” (Presence) una historia de fantasmas, la cual nunca llega a ser de terror pero si se instala en lo sobrenatural para reflexionar sobre la condición humana.
La familia Payne se ha mudado a su nueva casa, desde su llegada la hija siente que hay una presencia en ella que de alguna manera busca conectar con ella, lo que la lleva a pensar es una de sus amigas recién fallecida. Al paso de los días la presencia comienza a darse a notar mientras las tensiones entre los miembros de la familia van creciendo, llevando todo al punto de no retorno.
En esta ocasión, Soderbergh toma un riesgo al crear una historia de fantasmas donde toda la historia esta narrada desde el punto de vista del ente, de la “Presencia” del título, así que la cámara se permite levitar, flotar sobre toda la casa, recorriendo sus habitaciones, sus rincones, como un voyeur involuntario que por momentos se esconde en el closet para romper la intimidad de algunas situaciones, pero siempre mostrando su paso y fuerza. La idea en realidad es fantástica y arriesgada, pero, si hay un pero, un pésimo sentido de la edición hace que la narrativa se comience a transformar en una tortura al cortar cada secuencia en un fundido a negro, el cual si bien tiene una explicación no resulta del todo bien en pantalla.
La cinta es protagonizada por Lucy Liu y Chris Sullivan como los padres de esta familia, quienes están afrontando una crisis matrimonial y legal que les abruma, el papel de su hijo recae en Eddy Maday, quien crea un personaje que puede resultar abominable por la forma tiene de tratar a las mujeres, su hermana incluida, aunque en el fondo sabe que debería protegerle como se lo suplica en algún momento su progenitor. El papel de la hija de la familia recae en Callina Liang quien nos entrega un papel que sin ser completamente agradable a los ojos del espectador, si consigue ponerlo de su lado y hacerlo creíble. El único personaje externo con relevancia real es West Mulholland quien da vida a un amigo del hermano y que termina siendo la pareja sexual de Chloe quien tras su primera presentación comienza a transformarse a los ojos del espectador en alguien cuyas intenciones se perciben muy diferentes a lo que la familia piensa.
“Presencia” es una película que dialoga con “A Ghost Story” (Lowery, 2017) en el sentido de mostrar que más allá de nuestra realidad puede existir un mundo que se mueve en otras direcciones, con entes perdidos en los muros de las casas que intentan comprender su situación mientras avanzan en el tiempo de una forma no lineal, pasando de un punto a otro sin poder comprender si es pasado o presente o algo que aún no ocurre. Es una cinta intimista más que de terror, donde lo sobrenatural nos permite reflexionar sobre la condición humana, sobre el daño hacemos a los otros, sobre la incapacidad que muchas veces existe en las familias para comunicarse entre ellos.
Soderbergh nos entrega un ejercicio de estilo del cual sale bien librado, con excepción de la edición, donde nos recuerda su gran capacidad para crear atmósferas, para dirigir actores pero, sobre todo, para manejar su cámara y volvernos voyeurs a su lado. Una cinta para pensar no para el susto barato.
Los invitamos a ver el tráiler.
“Presencia” (Presence)
Dirección: Steven Soderbergh
Guión: David Koepp
Con: Lucy Liu, Chris Sullivan, Callina Liang, Eddy Maday, West Mulholland, Julia Fox
Distribuidor: Diamond Films
Fecha de estreno: 24 enero 2025 (Estados Unidos) 6 febrero 2025 (México)
País: Estados Unidos 2025
Duración: 85 minutos