La productora británica Jagged Edge, liderada por Scott Chambers y Rhys Frake-Waterfield, continúa con lo prometido en su universo lleno de reinvenciones de terror de aquellos personajes clásicos de cuentos de hadas en vías de continuar con la construcción del denominado Twisted Childhood Universe que comenzó con “Winnie Pooh: Miel y Sangre” y su respectiva secuela, dándole un instinto asesino a lo Jason Voorhees y Freddy Krueger al oso adorable y el tigre saltarín.
Ahora, toca el turno de ir sobre la obra de J.M. Barrie, Peter Pan, ahora renombrada “Peter Pan: Pesadilla en la Tierra de Nunca Jamás”(Peter Pan's Neverland Nightmare), donde el mundo mágico en el que los jovenes no crecían se convierte en tremenda pesadilla psicótica de un payaso de circo adicto a las drogas y víctima de abuso por parte de su familia que encuentra en la fábula de Pan su vía de escape a las atrocidades del mundo.
Este Peter Pan, interpretado por Martin Portlock, secuestra niños con la finalidad de llevarlos a ese mundo ficticio o compartir con ellos su trauma eterno. Con la capacidad de inyectarse “polvo de hadas” (o drogas, para el caso), él alucina constantemente con la sombra de este personaje de cuento indicándole lo que tiene que hacer para alcanzar a abrir las puertas de este ansiado reino de Nunca Jamás, al cual piensa llevarse a todo niño que pueda y no de la mejor forma.
La cinta, dirigida por Scott Chambers, resulta más eficiente que las anteriores entregas de este universo sanguinoliento al crear una metáfora dura sobre la pérdida de la inocencia y los traumas infantiles en un claro asesino serial que justifica sus actitudes por lo que ha enfrentado en su pasado. Esto le da sentido a la retorcida pesadilla terrenal en la que él vive, donde Campanita (Christopher Green) es un hombre trans que lo solapa y el Capitán Garfio es un monstruo de su pasado.
El diseño e interpretación de Peter Pan resultan exagerados pero adecuados. El hecho de que esta criatura se muestre deforme o tenga que usar una máscara de vez en cuando para ocultar ese problema lo vuelve un personaje de miedo pero vulnerable. Incluso en cierta secuencias, lo hecho por Portlock es bastante destacado pues no teme llevar la locura y la matanza al extremo. Sin embargo, parece que si hay momentos en que le ponen un freno, especialmente por el tema delicado de matar niños, algo que sigue siendo altamente censurable en filmes de todo tipo.
Chambers crea también un lugar oscuro, miserable, en el que Peter Pan vive y hace su “magia”. Pero resulta inevitable pensar que la casa de campo del villano tiene muchos aspectos en común con la casa de la primera parte de “Winnie Pooh: Miel y Sangre”. NI qué decir que, de repente, toma referencias clarísimas a clásicos del terrory el thriller como “It: Capítulo Uno” (Muschietti, 2017) o incluso a “El Silencio de los Inocentes” (Demme, 1991), pero de forma muy barata.
Otra sorpresa atractiva en esta “Pesadilla en la Tierra de Nunca Jamás” recae en el diseño del Capitán Garfio (Charity Kase), que aunque tarda en aparecer en pantalla, cuando lo hace es una imagen realmente interesante pero tristemente poco explorada por esta narrativa. En cuanto al resto del elenco, Wendy (Megan Placito) y Michael (Peter DeSouza-Feighoney) hacen lo que pueden con una historia de serie b, donde por momentos existen sobreactuaciones o absurdos.
Basándose en esa característica de proyectos de bajo presupuesto, la estética y los valores de producción son escasos pero superan a lo hecho en las anteriores cintas del universo. De igual forma pasa con la historia, pues aquí al menos hay una justificación, simple y burda tal vez, pero que funviona para justufucar la locura de este ícono reinventado al terror. Ni qué decir de los detalles en la edición o ciertos errores notorios que, al menos, no afectan el resultado final del todo.
Eso sí, la violencia gráfica y los efectos prácticos continúan, sobre todo hacia el último tercio de la trama donde el clímax ofrece momentos de locura y confusión en lo que es el esperado enfrentamiento final entre los hermanos y la pesadilla de Peter, ofreciendo algunas situaciones que los amantes del gore agradecerán. A pesar de sus irregularidades y esos sendos detalles, esta reinvención malévola de Peter Pan causa por momentos buenas sensaciones y chispazos de una buena idea sin llegar a ser una cinta de terror maravillosa o memorable.
Ahora habrá que esperar lo que sigue, pues se viene la venganza de Bambi y un Pinocho sin cuerdas que buscarán crear el suficiente hype para la reunión más loca de monstruos, algo que tristemente ni Universal pudo hacer con sus monstruos clásicos. Y agárrense, que se viene una fase dos todavía más demente que traerá más figuras a esta retorcida visión que, francamente, es bastante malona pero redituable.
“Peter Pan: Pesadilla en la Tierra de Nunca Jamás” (Peter Pan's Neverland Nightmare)
Es Peter Pan, y su misión es secuestrar chicos para “llevarlos al País de Nunca Jamás”. Para lograr su objetivo da rienda suelta a su primera matanza hiper sangrienta, no apta para espíritus sensibles, con la madre del nene como víctima.
Dirección: Scott Chambers
Guión: Scott Chambers
Con: Martin Portlock, Megan Placito, Kit Green, Peter DeSouza-Feighoney, Charity Kase, Teresa Banham, Nicholas Woodeson, Kierston Wareing, Olumide Olorunfemi
Distribuidor: Zima Entertainment
Fecha de estreno: 13 enero 2025 (Estados Unidos) 27 marzo 20205 (México)
País: Reino Unido 2025
Duración: 89 minutos