Las apariencias siempre son engañosas. Detrás de lo que puede ser una declaración de amor, puede existir una furia controladora y violenta, detrás de una persona aparentemente loca y con problemas, puede ocultarse una verdad más amarga oculta entre las sombras o prejuicios. Este tipo de cuestiones salen a flote con “Roberto”, montaje producido por Ignición Teatro, donde en cuatro actos vamos viendo la deconstrucción de una pareja trágicamente enamorada en lo que parecería un monólogo a forma de confesionario por parte del protagonista, Roberto, interpretado por Octavio Aguilar.
Dividida en cuatro actos y con una duración de 45 minutos, la obra nos presenta el silencio de una sala en la que el enamorado Roberto nos habla de su vida con Julia, sus ligeros problemas de comunicación ante una presencia ansiosa que, con el paso de la obra, va mostrando sus verdaderos colores. Aguilar muestra una cara de Roberto con la que empatizas inicialmente debido a la forma en que dice las cosas, como un enamorado empedernido que está dispuesto a todo porque su relación con Julia funcione.