Hace un par de años se estrenó una cinta que recuperaba mucho del espíritu desmadroso del cine ochentero sobre despertares sexuales adolescentes, aunque teniendo como protagonistas a treintañeros casados o a punto de hacerlo, responsables profesionistas de día que al caer la noche se transformaban en hombres sedientos de alcohol y sexo.
¿Qué pasó ayer? era una bocanada de aire fresco ante tanto cine políticamente correcto, una cinta donde no importaba el oír la palabra puta o ver como es golpeado un bebé, una película donde lo importante era reír mientras se retrataba una generación perdida entre lo políticamente correcto y sus instintos de diversión.