IMCINE presentó en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato el documental Felix: Autoficciones de un Traficante de Adriana Trujillo, un trabajo que muestra el oscuro mundo de los traficantes de persona en la frontera mexicana.
Para la directora del documental, la decisión de Félix Rosales "El Panda" por mostrar y dejar constancia de su trabajo, "al que él considera" heroico, fue pieza fundamental para realizar Félix: Autoficciones de un traficante.
La realizadora oriunda de Tijuana, Baja California, señaló que la razón por la que decidió llevar a la pantalla grande la historia de este singular "pollero" y actor y productor de películas de Clase B, fue la de "sumar a la construcción del mundo de la frontera la perspectiva de un traficante, es un punto de vista distinto a los relatos que habitualmente conocemos del cruce".
Félix: Autoficciones de un Traficante sigue los pasos de un hombre dedicado a llevar, de manera clandestina, migrantes a Estados Unidos y cuyo pasatiempo es participar en producciones audiovisuales en las que retrata varios aspectos de su vida. Resalta en la cinta su peculiar visión y la consagración a ésta actividad por gusto y la convicción de que "está ayudando a la gente a lograr el Sueño Dorado".
El Félix mostrado en el documental de Adriana Trujillo es un hombre con alto sentido ético, que se ve a sí mismo como un empresario ("soy el cerebro de mi propia compañía", afirma en la película), y piensa en la migración como un fenómeno que lleva miles de años realizándose, por lo que la construcción de muros es algo absurdo ("con todo respeto, yo no necesito ningunos papeles para cruzar, no me hacen falta").
Trujillo contó la forma en cómo surgió su filme: "en 2007 me hablaron para ser asistente de dirección de No más muertes en la frontera (Dir. Emilio Montiel), una de las películas en las que participaba Félix. Desde mi formación como documentalista y antropología, me doy cuenta que él está haciendo etnoficciones y le propongo retratar su historia, Félix acepta porque quiere dejar constancia de un trabajo que él considera heroico ("para que la gente vea que aquí no los tratamos mal porque a los polleros nos tratan de criminales", apunta el hombre en algún momento de la cinta).
"Lo más difícil fue ganarnos la confianza de la gente", mencionó Adriana Trujillo sobre la obtención de imágenes y testimonios en los que Félix revela algunos de sus secretos profesionales, "logramos acceder a esta información porque siempre fuimos coherentes con lo que quisimos contar y la forma en qué íbamos a mostrar a la gente".
La directora relató que en Félix: Autoficciones de un traficante, fueron de utilidad fragmentos de las películas realizadas por "El Panda" para mostrar algunas negociaciones y momentos de riesgo que, por seguridad, no fueron plasmados en la realidad: "creo que este cruce es fantástico porque ayuda a construir nuestra historia", afirmó la también académica.
Finalmente, la realizadora dijo que desde pequeño Félix quería ser actor, "se acercó a Televisa y a (Francisco Fuentes) "Madaleno", y en Tijuana siguió persiguiendo su sueño; él se adelanta a muchos al mostrar el mundo y la vida complicada que le tocó vivir, y lo logra gracias a su liderazgo", anotó.