La novela policiaca y el mundo de la literatura ha sufrido hoy la muerte de uno de sus representantes más interesantes de la actualidad, el escritor y guionista Elmore Leonard quien ha fallecido este martes 20 de agosto a los 87 años en su casa de Detroit, apenas tres semanas después de sufrir un derrame cerebral el pasado 29 de julio. La familia del autor anunció el deceso en la propia página web del escritor.
Elmore nació el 11 de octubre de 1925 en Nueva Orleans (Luisiana), publicó sus primeras novelas con temas del oeste en los años cincuenta. Se especializó después en historias policiacas, llegando a escribir más de 45 libros los cuales cimentaron su fama, algunos de los cuales terminaron adaptándose al cine. 26 de sus historias han llegado a la pantalla grande.
Entre los películas que se hicieron de su obra destacan Hombre (Ritt 1967) sobre una de sus novelas del oeste, El Embajador (The Embassador Thompson 1984) basada en la novela 52 Pick-Up y que tiene otra adaptación de 1986 dirigida por Frankenheimer y que conserva el título original de la novela. El clásico del oeste 3:10 to Yuma ha sido adaptado dos veces, en 1957 y 2007.
También se han filmado El Nombre del Juego (Get Shorty Sonnenfeld 1995) así como su secuela Tómalo con Calma (Be Cool Gray 2005), Un Romance Peligroso (Out of Sight Soderbergh 1998) y Jackie Brown (Tarantino 1997). Elmore también alcanzó gran notoriedad con Justified, serie de televisión que adapta sus novelas Pronto y Riding the Rap, así como el cuento “Fire in the Hole”.
El pasado año le fue concedido el premio a la carrera de la National Book Foundation, que destacó su "vibrante" trabajo literario y su "inimitable estilo de escritura".
En un artículo publicado el 16 de julio de 2001 en 'The New York Times', Leonard exponía sus diez reglas a la hora de escribir un libro.
Estas reglas son: nunca empezar un libro hablando del tiempo; evitar los prólogos; usar sólo el verbo 'decir' en los diálogos; nunca añadir un adverbio junto al verbo 'decir'; mantener los signos de exclamación bajo control; nunca usar las expresiones “de repente” o “todo se desató”; usar dialectos regionales con moderación; evitar descripciones detalladas de los personajes; no abusar de los detalles a la hora de describir lugares y cosas; y evitar las partes que los lectores tienden a saltarse.