Win Wenders trae a la pantalla grande su documental Pina, un canto de amor y admiración a la coreógrafa alemana Pina Bausch quien falleciera en junio del 2009, dejando desconsolados a sus seguidores y amigos, pero sobre todo a los miembros de su grupo coreográfico. El directo estaba ya trabajando en este documental con la coreógrafa cuando esta fallece, a dos días de iniciar el rodaje, y a petición del equipo decide seguir adelante con el mismo en lugar de cancelarlo, como homenaje a ella.
Win Wenders nos demuestra en Pina porque es uno de los maestros del cine alemán al crear un impactante documental que nos adentra dentro de la creatividad de la coreógrafa mientras los integrantes del Tanztheater Wuppertal Pina Bausch recrean cuatro de sus coreografías más impactantes y hablan del impacto que dejo ella en sus vidas.
Pina muestra fragmentos de cuatro coreografías: “Le sacre du printemps”, “Café Mueller”, ”Kontakthof” y “Vollmond”, las cuales demuestran porque era considerada ella una de las grandes coreógrafas de la historia.
La película fue filmada con cámaras de 3D y el resultado es impactante. Wenders logra entender todo la profundidad que la nueva tecnología le puede dar al discurso cinematográfico y somos testigos del calor de la danza. Por momentos nos transporta a la fila media de un teatro, en otros momentos nos pone en el centro de la acción, pero siempre nos recuerda estamos viendo algo en directo, con profundidad de campo y de emociones.
Los encuadres y energía están presentes todo el tiempo, siendo “Café Mueller”, y “Vollmond” los que más fuerte capturan la imaginación del público, uno con una locura simbólica dentro de una cafetería, el segundo con un escenario inundado donde el agua y las luces nos conducen a un lugar mágico.
Pina debe verse en 3D y en pantalla grande para entender lo que el director quería transmitir a su público, una gran película que tocará sus mentes y sentimientos.