Albert Nobbs es un mesero honesto, trabajador y muy cuidadoso al atender a la clientela, razón por la cual recibe continuamente propinas pero Nobbs no es el típico hombre que despilfarra el dinero cada fin de semana para terminar borracho en algún callejón. Albert Nobbs meticulosamente anota, cuantifica y guarda cada moneda que llega a sus manos en busca de cumplir su mayor deseo. Sin embargo, su vida se ve trastornada al conocer a una persona inusual, justo como él, y que despierta sentimientos que había mantenido ocultos y olvidados muy dentro de su propio ser.
Con un guión en el que el protagonista, en este caso Glenn Close como Albert Nobbs, no es el que lleva las acciones sino aquel que pasa como un sombra alrededor de aquellos activos, intenta dejar la pasividad e inevitablemente se ve condenado a quedarse siempre entre las sombras como un fantasma, un ser que se ha escondido de todos y de sí mismo por tanto tiempo que para el momento que decide cambiar, ya es muy tarde. Así la película cuestiona el cómo vivimos y el cómo queremos vivir.
La increíble historia de Albert Nobbs es una película pausada, tiene pocos momentos de gran dramatismo y es algo que alejará a muchos de verla al sentir que no pasa realmente nada, y es que las acciones no provienen del protagonista sino de los personajes que la rodean. Nobbs es un personaje que sólo actúa como respuesta a las acciones de otros, y son tan pocas sus intervenciones como un personaje activo que se requiere paciencia para ver la película.
Glenn Close no está irreconocible sin embargo el juego que el espectador tiene con la película al saber que ella en realidad no es un hombre, es interesante. Al principio la idea de que Albert Nobbs es Glenn Close siempre está presente, sin embargo como va transcurriendo los minutos en pantalla pasa algo bastante curioso cuando empezamos a creer que Albert es un hombre, no por el aspecto físico ya que en ese aspecto es claro y se nos recalca varias veces que es una mujer, sino por sus actitudes. Es en esta dualidad de personalidad que entra el conflicto más duro del personaje, sus actitudes y sus modales son de un hombre, lo han sido por casi toda su vida y cuando tiene la oportunidad de verse vestida de mujer, su actitud está muy alejada de cómo se presenta una mujer y enfrenta el momento de decidir quién quiere ser.
La actuación de Close es bastante buena, sin embargo su compañera de reparto, Janet McTeer como Hubert Page, se roba la pantalla cada vez que aparece en escena. McTeer representa todo lo que quisiera ser Nobbs, otra mujer disfrazada como hombre pero no encerrada en un mundo solitario, al contrario, McTeer está casada con una mujer, algo simplemente inconcebible en esa época. Y es este personaje en particular que hace que Close decida tener una vida, no sólo vivir pero disfrutar de la vida, aunque la falta de saber cómo socializar la lleva a nunca poder salir de su soledad.
La fotografía es bellísima, tiene un toque sobrio, lo que añade también este alejamiento a lo alegre y lo combina con esos momentos de ensueño de Nobbs donde todo es más colorido, caluroso y esperanzador. La dirección de Rodrigo García se toma su tiempo para introducir a los personajes, sin embargo si tienen paciencia la película logra un muy buen final y una reflexión personal sobre la vida.
Los invitamos a ver el tráiler aquí.
La increíble historia de Albert Nobbs
Albert Nobbs
Rodrigo García
Estados Unidos, 2011