En el 2000 Alejandro González Iñárritu sorprendió al Festival Internacional de Cine de Cannes con su cinta Amores Perros, escrita por Guillermo Arriaga, juntos harían una trilogía (21 gramos, Babel) que cautivaría al público y la crítica. Tras su separación profesional, Alejandro filmaría Biutiful que dividiría a sus partidarios. Ahora, este 2014 regresa con ánimos renovados y nombre cambiado, ha perdido el González para firmar ahora como Alejandro G. Iñarritú y de paso ha decidido dar un giro a su cine para crear una de las mejores películas del 2014, Birdman o La Inesperada Virtud de la Ignorancia (Birdman or The Unexpected Virtue of Ignorance), una fábula del mundo del espectáculo y todo lo que le rodea.
Riggan Thomson es un actor en el ocaso de su fama, ganada por interpretar en cines al superhéroe Birdman. 20 años busca reinventarse en teatro, escribiendo una adaptación a un relato corto de Raymond Carver: “What We Talk About When We Talk About Love”, la cual dirige y estelariza. La presión previa al estreno, el choque con sus actores, con su familia y su consciencia pronto le llevan al borde de la locura.
Birdman es ante todo el espectáculo de un solo hombre, Michael Keaton. Pocas veces encontramos un casting más atinado que el de este actor para dar vida al personaje principal de la película. Es indudable que tenerle en ella lleva de entrada a todos a recordarle como el Batman de Tim Burton y crear un paralelismo con su carrera y lo que narra la cinta. Y Keaton logra dar quizá la actuación de su carrera como este actor egoísta, fracasado, lleno de ilusión de por fin ser reconocido como un intérprete y no una estrella.
Acompañando a Keaton tenemos como su mejor amigo y productor a Zach Galifianakis quien por fin logra demostrar que puede actuar temas serios; Edward Norton interpreta a un actor de método, insufrible, incapaz de relacionarse con otras personas más allá de un contacto casual; Naomi Watts como una frustrada actriz y Emma Stone como la hija de Keaton logran convencer de sus preocupaciones y dudas.
Si bien la cinta se desarrolla casi íntegramente en el teatro donde se presenta la obra, jamás parece teatral, el director apoyado en el trabajo del cinefotógrado Emmanuel Lubezki y los editores Douglas Crise y Stephen Mirrione nos presenta todo a través de planos secuencias los cuales no necesariamente transcurren en el presente, en ocasiones damos grandes saltos de tiempo sin que ello signifique un corte abrupto. Todo está llevado con una sobriedad y elegancia que te lleva de la mano a los lugares que desean.
Al realizar esta comedia de humor negro, lleno de ironía, Iñárritu abandona sus terrenos conocidos donde el drama es lo que dominaba y se siente a un autor libre, sin presiones, sin complejos. El director y sus coguionistas (Nicolás Giacobone, Alexander Dinelaris Jr. y Armando Bo) lanzan duras críticas a todos aquellos relacionados con el mundo del espectáculo, sin dejar títere con cabeza. Destaca por supuesto la relación de la crítica con los actores que consiente y con los que no, más de uno de los que escriben sobre cine se sentirá identificado cuando la dura crítica le dice a Riggan que destrozará su obra porque él representa todo lo que ella desprecia.
Pero los ácidos comentarios de la película no se contentan con exhibir a los críticos, también ataca a las actrices que no se valoran, a los productores que venden su alma al diablo por conseguir vender boletos, al público que va a los espectáculos sólo para poder presumir estuvieron ahí aunque su atención este centrada en donde cenarán a la salida, a los fans de los actores que enloquecen al verles. A todos les dedica alguna línea.
La música ocupa un lugar sobresaliente en la película, el score esta hecho por Antonio Sánchez, baterista de jazz, quien sin mayor ayuda que su batería nos lleva por la psique del personaje, apareciendo en pantalla en dos ocasiones de una forma tan surrealista que uno la acepta como algo cotidiano y real.
La cinta viene acompañada de un subtítulo, el cual nos ayuda a recordar que estamos viendo una fábula sobre el mundo del espectáculo, donde la moraleja de la historia viene desde que leemos el título y que se reafirma en su final. Y es cierto, la inesperada virtud de la ignorancia es muchas veces más poderosa que el conocimiento de lo que nos espera, ya sea para bien o para mal.
Birdman o La Inesperada Virtud de la Ignorancia es quizá el mejor trabajo como director de Alejandro G. Iñárritu, libre de los temas en los que parecía atrapado su visión se refresca y su pulso se afirma en libertad. Una clara aspirante a la temporada de premios del 2014 y que marcará un antes y un después en la forma el director concibe su cine. Imprescindible.
Los invitamos a ver el tráiler.
Birdman o La Inesperada Virtud de la Ignorancia (Birdman or The Unexpected Virtue of Ignorance)
Director: Alejandro G. Iñárritu
Guión: Alejandro González Iñárritu / Nicolás Giacobone / Alexander Dinelaris, Jr. / Armando Bo
Con: Michael Keaton, Zach Galifianakis, Edward Norton, Andrea Riseborough, Amy Ryan, Emma Stone, Naomi Watts
Distribuidor: 20th Century Fox
Fecha de estreno: 17 octubre 2014 (Estados Unidos) 13 noviembre 2014 (México)
País: Estado Unidos 2014
Duración: 119 minutos