Asfixia, sobreviviendo en un mundo asolador

Dirigida por Kenya Márquez, “Asfixia”; este siendo su segundo largometraje después de la divertida comedia negra “Fecha de caducidad”, es una cinta que nos muestra la vida de Alma después de ser liberada del reclusorio donde la seguimos en su incesante búsqueda por reencontrarse con su pequeña hija. Sin dinero ni manera de saber dónde está su hija y el papá de ésta, se acerca a su amiga Conchita quien busca ayudarla; aunque, por otro lado, le esté guardando información que ella desesperadamente necesita. Mientras se dedica a buscar a su hija por las mañanas, Alma obtiene un trabajo cuidando a Clemente por las noches, un señor hipocondríaco que busca de alguien que lo cuide y le preste atención que no recibe de su propia familia.

La búsqueda de Alma devela al espectador un mundo donde la discriminación, los prejuicios y la falta de empatía hacen de este mundo un lugar bastante sombrío, pero afortunadamente no todo se muestra perdido. Con pequeños toques de humor negro, el drama que tenemos en pantalla nos muestra el patetismo de Conchita y su obsesión con casarse; la agresividad de El Bernie, pero también ese pequeño momento en donde nos deja ver con claridad que sí quiere a su hija; así como la necesidad de salvación y redención en Clemente, un ser atormentado que no puede perdonarse por lo que prefiere seguir en una eterna autocompasión a través de fingir enfermedades en lugar de enfrentar aquello que lo llevó a ese estado.

A pesar de la trama, Asfixia es una cinta que nos muestra a una protagonista que no busca hacer daño, lejos de su arranque de amenazar al padre de su hija, y causante de que ella haya terminado en la cárcel, Alma no busca vengarse, su único objetivo es volver a estar con su hija y no será hasta ese momento donde ella realmente se encuentre libre; mientras los demás personajes siguen en el mismo ciclo en el que los encontramos al principio, Alma resulta ser la única que puede escapar de esa realidad aplastante y desfavorable para una exconvicta con un ex quien es violento tanto física como psicológicamente.

“Asfixia” juega con el significado de la misma palabra, tenemos que todos los personajes se encuentran en un mundo donde respirar cuesta trabajo, donde todos son presa de algo, ya sea la violencia, el arrepentimiento, las obsesiones banales o la necesidad de encontrar a alguien. Dentro de este mundo agresivo y poco amable, Alma será la única quien logra volver a respirar, a vivir y tener esperanzas de un mundo mejor.

Lejos de la comedia negra presentada en “Fecha de caducidad”, el humor negro en “Asfixia” es sutil y sirve para no caer en un humor burdo y exagerado sino más en un mostrarnos personajes tristes, encerrados en un mundo desagradable, pero en el cual seguirán viviendo.

Parte del gran trabajo de Márquez y de Alfonso Suárez es crear a personajes reales y no unidimensionales. Alma se presenta como esta mujer que siempre cargará con un pasado negativo y ella acepta eso mientras logre estar con su hija; mientras que El Bernie se nos presenta como un hombre manipulador, agresivo y violento física y psicológicamente con Conchita, pero a la vez logra mostrar cariño por su hija, aunque éste tenga también tonos violentos y agresivos, al final es un hombre donde la violencia es una constante y le es imposible vivir sin emplear esa agresividad en todos los que conoce. Al conocer a Clemente nos damos cuenta el porqué de su condición y logramos entender sus decisiones. Mientras que Conchita es la muestra de esta terrible obsesión donde casarse representa la felicidad, aunque la realidad indique todo lo contrario, es la necesidad de una ilusión dentro de una vida donde lo único lindo es pensar en su vestido con brillitos.

Las actuaciones de cada uno de los actores y no-actores como es el caso de Johana Fragoso (Alma) son estupendas. Mónica del Carmen da vida a Conchita, Raúl Briones a El Bernie y Enrique Arreola a Clemente.

“Asfixia” es un drama que mantiene un ritmo constante durante toda la cinta, excepto al final donde la tensión y la predisposición de esperar un final terrible no deja al espectador otro camino más que imaginarse lo peor para los personajes.