“Cabaña Sangrienta”, cine de horror lituano

El cine slasher pertenece al terror inspirado en las cuchilladas y cortes producidos normalmente por algún monstruo psicopático que desata su brutalidad contra jóvenes adolescentes desatados y libres de ataduras de los adultos. Normalmente, este subgénero es una forma de expresión punitiva en contra de los comportamientos socialmente incorrectos de generaciones que no siguen ni respetan los valores normalmente conservadores de la sociedad. Michael Myers, Jason Voorhees y demás figuras del horror son algunos de los más conocidos ejemplos de estas criaturas que imponen su ley a base de sangre, tripas y dolor.

Casi cuatro décadas después del gran apogeo de este tipo de cintas, el director basado en Lituania, Jonas Trukanas, decide retomar el subgénero para llevarlo a ese país con “Cabaña Sangrienta” (Rupintojelis, 2022), donde un grupo de estudiantes recién graduados sirven como carne de cañón para un demente que busca venganza después de que los jovenzuelos destruyeran unas estatuas de madera folclóricas, enseñándoles a respetar lo ajeno a base de cuchilladas y muerte.

Si bien esa premisa es la que da pie al filme, Trukanas crea un slasher muy engañoso, pues la verdadera esencia del filme no es realmente la cuestión de sobrevivir al desquiciado asesino, sino la personalidad de uno de aquellos graduados llamado Marius (Sarunas Rapolas Meliesius), un tipo callado, ignorado por toda su generación e incluso hecho menos por sus padres ante la admiración de un montón de compañeros exitosos que buscan hacer algo de sus vidas, menos él.

Entre esos compañeros se encuentra su ‘mejor amigo’, Vytas (Povilas Jatkevicius), quien busca sacarlo de su constante ensimismamiento sin mucho éxito hasta que la oportunidad de armar una fiesta de graduación improvisada le da la popularidad que nunca ha tenido. Claro está que existe también un amor frustrado con la chica más guapa del grupo, que es pareja de la gran estrella deportiva Rimas (Kipras Masidlauskas). El caleidoscopio de personajes cliché no termina ahí, pues Trukanas usa todos y cada uno de esos tropos para alimentar su relato.

Lamentablemente para este primer intento slasher de cine lituano, Trukanas falla no sólo en el ritmo sino en la carga de violencia que requieren estas cintas además de tardar mucho en los giros de tuerca, cayendo en lo risible más que en el suspenso o el terror. Gracias a un ritmo muy lento, el realizador tarda una eternidad en mostrar sus armas con el asesino maderero, quien, a pesar de matar a un vasto grupo de jóvenes, no otorga la brutalidad que uno esperaría en una cinta perteneciente al subgénero.

Sin embargo, parece que ese es el juego de “Cabaña Sangrienta”, hacernos creer en algo que termina por ser secundario. La verdadera parte interesante (o al menos rescatable) del relato se centra en el temeroso Marius, pues es el centro que conecta todo. Si bien las actuaciones son bastante banales, hay algo en la supuesta inocente cobardía del protagonista que va cambiando poco a poco. Su vulnerabilidad se va transformando en algo violento, trastornado y egoísta que resulta ser más peligroso que el mismo asesino suelto. Lamentablemente, esto es explotado casi hasta el final del filme.

Otro detalle que juega en contra, específicamente en las copias que llegan a nuestro país, es el doblaje al español que la cinta tiene, pues se siente muchas veces fuera de lugar. Aunque esta labor tiene el difícil reto de capturar la intencionalidad de lo que el lenguaje original expresa, aquí más bien se vuelve un lastre al no ser capaz de transmitir la tensión en los diálogos, cayendo mucho más en lo risible que en lo amenazante o reflexivo que a veces conlleva la charla que hay entre los personajes. El más claro ejemplo de ello involucra una escena en un bote que pierde todo sentido en la manera como se escucha, metiéndole la pata constantemente al filme.

Si bien hay muchos problemas que Trukanas enfrenta ante la sobre explotación de los topicos usuales, hay un par de puntos positivos en cuanto a la creación de atmósferas, lamentablemente rotas por un mal doblaje. La fotografía logra buenos momentos dentro de esta historia, sobre todo cuando se trata de matar o morir ante la figura del asesino que parece ser pariente cercano de Jason y Myers en su diseño. Aunado a eso, existe una música que remite al tema de “Halloween” de Carpenter pero llevado al extremo, más cercano al estilo de lo logrado por David Robert Mitchell y Disasterpeace en “It Follows” (2014).

A pesar de las buenas intenciones de Trukanas, “Cabaña Sangrienta” se queda como un falso slasher donde los clichés se comen una idea interesante acerca de un personaje que poco a poco desciende hacia su propia locura con tal de salir de la ignominia del olvido, mostrando que los asesinos pueden no tener hachas o destripar gente, sino estar ocultos entre nosotros, invisibles, callados, esperando el detonante para convertirse en el centro de atención sin importar a quién tengan que dejar morir. Lástima que eso solo sea un aspecto secundario en medio de un relato que carece de impacto para convertirse en otro producto genérico del subgénero.

Los invitamos a ver el tráiler.

Cabaña Sangrienta” (Rupintojelis, 2022)

Después de que un grupo de estudiantes de un instituto destruyen unas estatuas de madera de tamaño real, durante una salvaje fiesta de graduación en una cabaña remota, un misterioso hombre enmascarado comienza a eliminarles uno por uno.

Dir. Jonas Trukanas

Guión: Titas Laucius, Jonas Trukanas

Con: Donatas Simukauskas, Gabija Bargailaite, Povilas Jatkevicius, Sarunas Rapolas Meliesius, Marius Repsys, Kipras Masidlauskas, Martynas Berulis, Saule Rasimaite

Fecha de estreno: 24 agosto 2023 (México)

País: Lituania

Duración: 85 minutos


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