Sean Baker es uno de los directores estadounidenses más interesantes de los últimos años, desde la osadía de filmar su quinto largometraje con un iPhone (Tangerine) pasando por el drama familiar de “The Florida Project”, el seguir a un cínico al que deberíamos odiar, pero terminamos amando en “Red Rocket”, nos ha logrado atrapar con una narrativa honesta, incómodamente divertida y entrañable, por lo que no sorprende que su más reciente trabajo, “Anora” siga ese camino, aunque con una madurez creativa y emocional que le permite crear su mejor trabajo.
Anora trabaja en un club nocturno, donde a la par de bailes privados ejerce la prostitución de forma ocasional. Una noche conoce a "Vanya" Zakharov, hijo de un oligarca ruso, que queda prendado de ella, iniciando una relación que culmina en su boda, pero su felicidad y cuento de hadas se complica cuando la familia de él se entera y deciden tomar el asunto bajo sus manos.
“Anora” es ante todo su protagonista, Mikey Madison, quien logra equilibrar en pantalla un personaje que lo mismo pasa del erotismo desaforado a la ternura más inocente, dotando al personaje de vida y personalidad, sosteniendo prácticamente la película sobre sus hombros y logrando que el espectador no sólo se asombre con su carga sexual sino que, al final de la jornada, quiera abrazarla y consolarle ante el cruel mundo la rodea. A su lado destaca, como el junior ruso, Mark Eydelshteyn, quien logra capturar la esencia de alguien que no se preocupa por nada sabiendo su vida la tiene asegurada. Yura Borisov, como uno de los golpeadores de la familia, conmueve con su patetismo, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan, Aleksei Serebryakov y Darya Ekamasova completan el cuadro.
“Anora” funciona como una puesta al día de “Pretty Woman” (Marshall, 1990) pero en un tono más oscuro, sin lo rosa, donde la farsa alcanza situaciones sublimes y los cuentos de hadas no llegan a términos rosas, Baker tiene la habilidad de enredar al espectador en una historia sobre la esperanza y sueños, aunque no deja de mostrarle que, muchas veces, la realidad no permitirá estos lleguen a buenos puertos.
La cinta nos habla de cómo las soledades se pueden encontrar y cómo, en medio del caos, las almas gemelas se conocen y encuentran afinidad una en la otra, cómo dentro de lo sórdido hay belleza y momentos de ternura. Cómo en los otros trabajos del realizador los diálogos están llenos de veneno, de una acidez que carcome, que provoca la risa incómoda, que te hace cuestionar lo que ves.
“Anora” es una película incomoda, como suele ser el cine del director, pero en esta ocasión no es que amemos odiar a su protagonista, en este caso nos hacemos cómplices de ella, estamos completamente de su lado, la justificamos y deseamos se salga con la suya, que no importa quien se atraviese, ella debe brillar, pero el realizador no cede a tentaciones fáciles y, en cambio, nos lleva a enfrentarnos a un mundo hostil donde no importan los deseos, sino la capacidad económica y política de los involucrados.
Sin dudas, “Anora” es una de las películas más importantes del año, una que se clavará en la mente de aquellos la vean, que no le abandonará, que les acompañará varios días, un trabajo incorrecto, incómodo, que se permite usar el sexo para causar una reacción ante un público cada vez más puritano y moralino, que no tiene miedo de llevar las cosas al extremo aunque a los wokes les moleste la brutalidad de las cosas vemos en pantalla. Un trabajo transgresor que hoy en día es más necesario que nunca.
Los invitamos a ver el tráiler.
“Anora”
Dirección: Sean Baker
Guión: Sean Baker
Con: Mikey Madison, Mark Eydelshteyn, Yura Borisov, Karren Karagulian, Vache Tovmasyan, Aleksei Serebryakov,
Distribuidor: Universal Pictures
Fecha de estreno: 18 octubre 2024 (Estados Unidos)
País: Estados Unidos 2024
Duración: 139 minutos