“Kimetsu no Yaiba” (鬼滅の刃? literalemte «espada matademonios», “Demon Slayer” en inglés, es uno de los fenómenos del mundo del anime japonés, desde que primero se publicara en manga en 2016 cautivo la imaginación de todos los lectores, tres años después llegaría la serie animada que constaría de cuatro temporadas, con 63 episodios, siendo ahora el momento de adaptar su famoso arco del “Castillo Infinito”, el cual llegará en forma de una trilogía de películas, llegando la primera este año.
Tanjirō y los Pilares han sido arrastrados a un espacio misterioso por obra de Kibutsuji. El lugar al que han caído Tanjirō y los cazadores es el bastión de los demonios: el Castillo Infinito. Así, el campo de batalla queda establecido para dar fin a la guerra entre humanos y demonios.
“Demon Slayer: Castillo infinito” es uno de esos raros trabajos que si bien atrapan la imaginación y la emoción de aquellos han seguido la serie también logra atrapar a aquellos se enfrenten por primera vez a este mundo, provocando al espectador quien reaccionará ante el trabajo con las herramientas tiene, siendo obviamente los que conocen los detalles de la historia quienes más obtendrán placeres, aunque todos hallarán algo que les llamará la atención.
La cinta no es un trabajo sencillo para el espectador, visualmente es demasiado agresiva, llena de detalles que deslumbran y que hacen casi imposible poder abarcar todo lo que ocurre en pantalla, si a ese barroquismo le agregamos un brutal diseño de personajes, donde los demonios resultan tan fascinantes en su creación que uno no puede dejar de admirarles en pantalla.
“Demon Slayer: Castillo infinito” es una de las grandes cintas animadas del año, un trabajo que abre el apetito para disfrutar el arco en este inicio de trilogía que prometer ser una de las más importantes del anime. Imperdible.
“Demon Slayer: Castillo infinito”
Distribuidor: Crunchyroll / Sony Pictures Entertainment
Duración: 155 minutos
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