Cinematósfera dominicana 2023 en 10 películas

[Los finales de año traen las consiguientes recapitulaciones y listados de lo más trascendente y destacado de la cinematósfera dominicana, así que les traemos estas miradas, quizás parciales o muy personales, sobre nuestros documentales o películas de ficción, así sean cortometrajes o largometrajes.

Estas 10 obras están asumidas desde un presupuesto analítico que privilegia lo discursivo o los hallazgos basados en los riesgos estilísticos, aclarando que, las películas elegidas son las visionadas en estos doce meses sin importar la fecha de producción.]

Convivencia

Convivencia” de José Gómez de Vargas es un drama policial que hurgando en el trasfondo de los habitantes de un condominio logra construir un retrato bastante preciso de los componentes de la sociedad dominicana con sus traumas y simulaciones. La película sobresale debido a las fortalezas que están asentadas en su guion, sus diálogos, el ritmo de su montaje y en un elenco actoral de primer orden, convirtiéndola en una de las obras cinematográficas dominicanas más destacadas del 2023.  

El filme se sumerge en ese inconsciente colectivo al que se refería Carl Jung, para diseccionar los personajes que, como producto de una sociedad tan compleja y caótica como la dominicana, se muestran de manera descarnada trayendo a la luz esos detalles existenciales que los mueven  en su búsqueda de la supervivencia, dentro de los cuales sobresalen el despecho, la soledad y la codicia.

Cuarencena

La película se dirige hacia  intentar diseccionar la reacción de ese sector social respecto a las restricciones de la pandemia del coronavirus y su impacto en la psique y en las finanzas de estas complejas individualidades. Vistas las situaciones del toque de queda y el encierro, la ficción no está demasiado lejos de lo vivido en esa época no tan lejana, pues para agregar más contexto, fue rodada en las instalaciones de Pinewood en medio de la misma pandemia.

El realizador David Maler hace una apuesta estructural dividiendo la película en 5 partes, cada una con un tipo de vino y una variedad de platos, y en esas partes asistimos al progresivo desenmascaramiento de los personajes, hasta llegar a un final aparentemente feliz. Toda esta construcción dramática descansa sobre los cimientos de un humor negro, negrísimo diría yo, que es el hilo espiritual que alimenta esta obra.  

Ramona

La realizadora Victoria Linares Villegas ha tomado de la mano a la actriz Camila Santana, a este grupo juvenil  y a su equipo técnico, llevándolos desde las fuentes de la ficción hasta los realismos no mágicos ni maravillosos del documental, donde las verdades si son amargas aunque las cante Chavela Vargas, en este roadmovie emocional y social, cuyas figuras principales, esas niñas /jóvenes, nos mostrarán lo que muchos se niegan a ver y a oír.  

En un riguroso ejercicio estético, Victoria se adentra en las profundidades de la cotidianidad de estas mujeres, moviéndose de la ficción al documental, del cine dentro del cine, en las fronteras de la deconstrucción dramática. No se deja ganar ni por la pornomiseria abyecta y mucho menos por los sermones lacrimógenos o telenoveleros, manteniendo un equilibrio discursivo muy consciente de la realidad en que se mueve. 

Renacer

El descenso desde la inmovilidad de una cama y una silla de ruedas que se inició con el intento de atraco del que fue víctima este ciudadano, un recordatorio de la violencia cotidiana en nuestra sociedad, hasta ascender a los más altos peldaños del nado paralímpico del continente, no fue un trayecto lineal como nos muestra el documental en su acercamiento a los detalles del caso.

Al acometer los presupuestos estructurales  de “Renacer”, el realizador Tito Rodríguez eligió el riesgoso estilo de la aproximación a las honduras psicológicas de una ´persona en proceso de reconstrucción, manteniéndose en esa vía de la que solo se sale en contadas ocasiones a lo largo del metraje. Rodríguez mantiene un cierto equilibrio, muy consciente de la emocionalidad de la historia que quiere contar. 

El – Métödo

El – Métödo” de David Maler adapta el texto de Jordi Galceran impregnándolo de las especificidades sociales y laborales dominicanas para desenmascarar las individualidades de una sociedad que peca de simuladora. Maler nos obliga como espectadores a evaluar el mercado laboral local, tanto desde el punto de vista del empleado como del empleador.  

El resultado es una puesta en escena que deconstruye progresivamente esa mascara individual y social detrás de la cual se parapetan el individuo honorable, la ejecutiva eficaz e implacable, el creativo publicitario, el abogado impoluto y racional o la aspirante aparentemente débil, un proceso desde donde saldrá, sobrepasando exitosamente los juegos de roles la persona más apta para ocupar el puesto en la empresa.

Un Gavillero en la Sierra

El cortometraje se aproxima a la violencia mostrando la estratificación de esta, señalando sus capas, diseccionándola y poniéndola a la vista del espectador para ahondar en la compleja situación en donde se mueven sus personajes, en el marco de la intervención norteamericana  en República Dominicana de 1916-1922, cuyas interioridades son el campo de batalla donde se desarrolla la acción, más allá de lo apreciado en el exterior, en la realidad visible. 

El realizador y guionista Ricardo Ariel Toribio desarrolla una narración cuya atmósfera ominosa está cargada de detalles y de tonos documentales, sin apresuramientos rítmicos ni finales forzados, pues si bien el texto es un contínuo deslizamiento hacia la conclusión de la historia, lo previsible no tiene aquí lugar, todo lo contrario, la lógica estructural del final nos sorprende por la fortaleza de su verosimilitud.

Pies en la Arena

Pies en la Arena” se desenvuelve alrededor de dos personajes, Toña (Judith Rodríguez) y Gregorio, interpretado por Eduardo Martínez Criado, quien también asume a Luis, esposo de Toña, y de una contextualización cultural que abarca a Puerto Rico, Cuba y República Dominicana, en una epopeya teñida de la realidad de esos tres países, siendo este filme de  Gustavo Ramos Perales una coproducción entre Puerto Rico y República Dominicana.

Estos son seres en reconstrucción, que buscan un nuevo comienzo y en ese transcurso, su cruce de caminos reúne a dos compañeros de viaje, supervivientes de unas sociedades que de una u otra manera se empeñan en trascender los obstáculos para ejercer su derecho de vivir felices, y en todo caso, de simplemente vivir.

Por eso vengo al río

Este documental realizado por Fernando Blanco es un retrato de las terribles realidades de la guerra en clave familiar. La historia de Sintia, Bashir y Ghassan, es la de miles de familias separadas por la guerra.

Blanco mira el triángulo que va desde Siria al Líbano, hasta República Dominicana, y muestra las intimidades sentimentales de estos seres conectados por el afecto a pesar de las distancias y las circunstancias de un conflicto muy complejo, dada la cantidad de actores involucrados.

Cine dominicano hecho por dominicanos en el exterior o con influencias culturales dominicanas

Zemí (Reino Unido)

Adentrarse en la religiosidad popular dominicana, la música urbana y las interioridades de los manejos mercadológicos y financieros de la industria musical o los obstáculos para desarrollar un discurso lirico propio, es un maridaje del que han salido bien librados el director Dominic Crane, junto al guionista y actor Víctor Arcturus Estrella en este tour de force realizado en el Reino Unido con unas muy fuertes raíces temáticas dominicanas que incluye a la productora Ariana Lebrón. 

El músico urbano Zemí (Víctor Arcturus Estrella), libra un combate interior y exterior para reafirmarse como artista, mientras lucha por una identidad discursiva en vez de escoger el camino del éxito fácil y las líricas de gran pobreza conceptual, todo ello con la ayuda de un invisible y omnipresente Belié Belcán, pilar de su concepto de identidad y espiritualidad. 

Beba (Estados Unidos -2021- )

Este documental dirigido por Rebeca Huntt, está inmerso en la autoreferencialidad más intensa. Huntt emprende un viaje hacia sí misma, a las realidades que la rodean, incluyendo sus orígenes dominicanos, y de esta travesía  emerge una película caóticamente expresiva.

Es destacable la coherencia entre la factura técnica y el discurso de la realizadora, pues las imágenes y sonidos logran una perfecta simbiosis, un contrapunteo que potencia su impacto. La emocionalidad analítica de “Beba” la eleva y la coloca en un alto nivel de efectividad estética por su factura y honradez discursiva.

 


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