“El Conde” una fábula sobre la dictadura chilena

 

El 10 de diciembre del 2006, Augusto Pinochet fallecía durante los festejos de cumpleaños de su esposa, Lucía Hiriart, ese hecho que demostró en su momento la gran división que existía en Chile en torno a su figura, es el punto de partida de Pablo Larraín para su nueva película, “El Conde”, la cual realiza una fábula con tintes de terror que nos demuestra que el horror vivido durante la dictadura militar chilena ha dejado una sombra de la que el país andino no ha podido superar. Y que el realizador decida explorar ese sentimiento en tono de sátira hace de esta cinta la más transgresora de su carrera.

El exdictador chileno Augusto Pinochet es un vampiro nacido en la época de la revolución francesa, cansado de su vida actual en Chile, finge su muerte pública y se recluye en una isla acompañado de su esposa y su fiel mayordomo. Cuando una serie de asesinatos en el país revelan que de nuevo está comiendo los corazones de la gente, sus hijos acuden a verle, esperanzados de convencerle de que les done su dinero. La llegada de una monja enviada por la iglesia para acabar con él, hace que la locura poco a poco se apodere de todos.

Pablo Larraín ha dirigido películas que desnudan el sentimiento chileno de una forma emotiva, casi poética, dejando en el inconsciente colectivo a “Tony Manero” (2008), la hazaña del “No” (2012) que sacó a Pinochet del poder, “El Club” (2015) que mostraría las complicidades en los casos de pedofilia en la iglesia, así como “Ema” (2019) sobre la familia en la actualidad. Ahora, tras sus biopics fallidas de “Neruda” y “Jackie” (2016) y la detestable “Spencer”, regresa a la crítica de la sociedad chilena, y lo hace de una forma demoledora, con una película que apunta a la cabeza de todos, que no le agradará a aquellos añoran la época de la dictadura militar, que tampoco le agradará a aquellos desean justicia del caso Pinochet.

La película descansa en la extraordinaria actuación de Jaime Vadell, quien se transforma en forma total en el general Pinochet, son totalmente reconocibles sus tics, su voz, su pesado andar, a su lado Alfredo Castro como su perro fiel brilla, Gloria Münchmeyer como su esposa resulta a la par tan desagradable como necesitada de cariño, sus hijos recaen en Catalina Guerra, Antonia Zegers, Marcial Tagle, Amparo Noguera y Diego Muñoz. Pero quien se come la pantalla al lado de Jaime es Paula Luchsinger, una monja retorcida que sirve de consciencia y arma de venganza.

Visualmente el trabajo también es extraordinario, la casa donde ocurre todo, situada lejos de todo, donde el paisaje es dominado, entre otras cosas, por una vieja guillotina francesa, resalta por una excelsa fotografía en blanco y negro, la cual no oculta la sangre, la suciedad y lo decadente del ambiente donde se desarrolla todo. El diseño de arte es extraordinario, desde la secuencia de créditos donde vemos la infinidad de detalles que nos recuerdan el pasado militar del personaje principal, pasando por la casona vieja y hasta lugares claves del paisaje chileno.

El Conde” es una gran metáfora de cómo la sociedad chilena aún se encuentra bajo la sombra de lo ocurrido durante la dictadura militar, de cómo la sombra de Augusto Pinochet devora aún el corazón de la gente, llenando de miedo, odio y recelos contra el otro, deja claro que las heridas no han sanado y que hace falta mucho camino para que esto ocurra. Para el espectador puede resultar revelador encontrándose en medio de la carcajada mientras en pantalla se desgranan las atrocidades militares, una audaz forma de hacer que los datos dejen de ser sólo datos y de nuevo encuentren su brutalidad. Y si le sumamos que no teme a extender su crítica a la forma Europa continúa viendo a Latinoamérica, realiza un relato devastador.

Pablo Larraín llena de imágenes simbólicas su trabajo, desde el gesto de Francisco Cuadrado Prats, quien escupiera ante el féretro del dictador, pasando por dos que son particularmente provocadoras, una con Pinochet al lado del busto de Allende y otra donde se encuentra parado desde el punto más alto del Palacio de La Moneda. Si a eso le sumamos que se da el placer de rendir un gran homenaje a Dreyer y Bresson con sus cintas de Juana de Arco, tenemos momentos que se graban en la memoria.

Sobre la figura de Pinochet destaca el desprecio muestra a la vida de la gente, en la forma justifica su enriquecimiento, la forma justifica el robo como una práctica normal de los generales al tomar el poder, pero sus dardos más envenenados los guarda para Luciana, a quien no deja de menospreciar, degradar y humillar a cada momento, así como la figura de su mayordomo, representación de los militares que le obedecían ciegamente y que aprendieron a amar la sangre tanto como él.

El Conde” es una cinta audaz, que lo mismo juega con el terror de los vampiros que con el horror provocado por las dictaduras militares, sin dejar de lado la manipulación que la iglesia realiza en sus discípulos, en las disputas familiares, en la ignorancia de caracteriza a aquellos acostumbrados a tener todo, en la impunidad en que se mueven las élites. Es uno de los trabajos latinoamericanos más importantes del año y uno de los más importantes de Pablo Larraín.

Los invitamos a ver el tráiler.

El Conde

Director: Pablo Larraín

Guión: Pablo Larraín / Guillermo Calderón

Con: Jaime Vadell, Gloria Münchmeyer, Alfredo Castro, Paula Luchsinger

Distribuidor: Netflix

Fecha de estreno: 07 septiembre 2023 (Chile) 15 septiembre 2023 (Netflix)

País: Chile 2023

Duración: 110 minutos

[Publicado originalmente en Crónica]


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