Las apariencias dominan todo lo que tiene que ver con la percepción que la sociedad tiene de alguien o de un suceso, sin importar la verdad o los motivos que llevan a la gente a realizar una acción, siendo más importante lo que las masas perciben que el analizar lo que ocurre. Con esa idea del culto a la apariencia, llega la adaptación cinematográfica de la novela “Casi el Paraíso” de Luis Spota publicada en 1956, Opera Prima del reconocido productor Edgar Sanjuan, quien realiza su primer largometraje como director.
El conde Ugo Conti conoce a Teresa, la hija de un político de segunda línea del gobierno de México, quien busca ser designado como el candidato oficial para la gobernatura de Oaxaca. Ese encuentro lo hace relacionarse con poderes y fuerzas a las que cree controlará, sin darse cuenta la forma en que se convierte en un peón de ellos. Pero aún dentro del mundo de simulaciones políticas mexicanas, hay sitio para que un impostor europeo busque salirse con la suya.