Críticas
El Vuelo, caída en picada dentro de Alcohólicos Anónimos
William "Whip" Whitaker es alcohólico, es arrogante, es adicto a la cocaína y es el piloto del avión que te llevará a tu destino. Cuando tras una noche de sexo y borrachera el vuelo que pilotea se ve en peligro debido a una falla mecánica, su habilidad y experiencia le permite aterrizarlo con una perdida mínima de vidas. Ahora debe lidiar con una investigación federal que puede llevarlo a la cárcel en caso de poder probar su intoxicación durante los sucesos.
Robert Zemeckis regresa a las cintas con actores tras 12 años de no hacerlo y lo hace con una cinta que contiene los elementos que lo han hecho popular entre la gente le agrada el cine, una historia con un gran dramatismo, una escena impactante que te llena de emoción y adrenalina, personajes interesantes y, sobre todo, una gran calidad técnica que te envuelve y lleva de la mano por la historia. Lo malo es que en esta ocasión lo que nos cuenta tienen un tufo cristiano que la hace insoportable y un mensaje de Alcohólicos Anónimos que es metido prácticamente a fuerzas en la mente del espectador.
Los juegos del destino, una estrategia para la vida
Después de salir del hospital psiquiátrico, por petición de su madre, Pat regresa a un mundo que no sólo se muestra hostil y poco empático sobre su condición mental sino a una realidad en la que ha perdido todo y de manera obsesiva buscará la forma de recuperar la vida de antes. A pesar de que su familia trata de explicarle que no es posible, Pat no se da por vencido y en su camino se topa con Tiffany, una viuda de 23 años, quien comparte su inestabilidad mental, y entre los dos encontrarán una forma de seguir adelante.
El Premio, creciendo en la dictadura
El Premio de Paula Markovitch es un doloroso relato de la dictadura militar en argentina vista a través de los ojos de una niña de 7 años, quien sin comprender lo que pasa a su entorno no deja de reaccionar ante el mismo. Ganadora del Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlin, y como mejor película en el Festival Internacional de cine en Guadalajara y de Morelia, la cinta por fin podrá ser vista por el público mexicano en salas comerciales.
Paula Markovich realiza una cinta semi autobiográfica que de una forma devastadora captura el terror y el dolor de lo que fue una de las dictaduras más sanguinarias del continente americano, y además lo hace con una economía de recursos que sorprende y que permite al espectador involucrarse con la historia.
Alex Cross, pésima reinvención del personaje
El personaje de Alex Cross es ampliamente conocido por el público cinéfilo por el retrato que ha hecho del mismo el actor Morgan Freeman en las cintas Besos que matan (Kiss the Girls Gary Fleder 1997) and Along Came a Spider (Lee Tamahori 2001). En esta ocasión el personaje es interpretado por Tyler Perry, quien luce todos los ticks de su personaje Medea y jamás logra conectar con la audiencia o darle credibilidad a su actuación.
Basada en la novela Cross de James Peterson la cinta narra cómo Alex Cross se involucra contra un asesino a sueldo que mata a su esposa y a un miembro de su equipo antes de que pueda enfrentarle. La idea de darle un nuevo comienzo al personaje no es mala, lo malo es el ¿actor? elegido para hacerlo y la pésima dirección de Rob Cohen quien logra tocar fondo en esta ocasión.
Hitchcock, ni el rodaje de Psicosis, ni el retrato de un director
Alfred Hitchcok es el amo del suspenso, el genio que nos trajo cintas que se han grabado en el consciente colectivo de todos aquellos que amamos el cine. Su personalidad es tan fascinante como lo son sus películas y su forma de filmar ha quedado como una de las más eficientes y geniales de la historia. Al darse a conocer que el libro Alfred Hitchcock and the Making of Psycho de Stephen Rebello sería llevado al cine más de uno saltamos de emoción al pensar que veríamos una cinta que retrataría fielmente lo que había pasado en el rodaje de una de las películas más importantes de la historia del cine, pero en pantalla todo se queda corto y, peor aún, demasiado dramatizado para ser tomado en serio.
Hitchcock arranca con un excelente prólogo que nos invita a no tomarnos en serio lo que veremos, que lo entendamos como una cinta que busca entretener y retratar de alguna forma lo que pasaba tras el rodaje de Psicosis. Lo que echa a perder la diversión es el inventar circunstacias que no ocurrieron tan sólo para crear una tensión dramática que se siente forzada y sin sentido, me refiero específicamente a la relación entre Alma Reville, esposa de Alfred, y Whitfield Cook guionista de diversas cintas del director.