Críticas
De Jueves a Domingo… la contemplación de la nada
La nueva tendencia del cine latinoamericano parece ser el realizar la contemplación de la nada. Un cine que mal entendiendo el concepto de cine contemplativo lleva éste a extremos tales que lo único contemplamos es la muerte del cine, la nada que no conmueve, que no atrapa, que no afianza. De Jueves a Domingo de Dominga Sotomayor se inscribe en esa tendencia.
De Jueves a Domingo muestra el viaje de una familia que está desintegrándose a nuestros ojos. Un viaje a la playa donde los hijos no comprenden que es el adiós de su familia, el padre se irá de casa acabando el mismo. Cuatro días donde la familia convivirá en el carro sin poder evitar el inevitable final.
La Dama de Hierro, una soberbia Streep eclipsa todo lo demás

Margaret Thatcher, ex primer ministro de Inglaterra, vive recluida en su casa víctima de demencia senil, enfermedad que le impide separar la realidad de la fantasia. Encerrada en sus recuerdos y fantasmas rememora su carrera política así como su vida familiar.
Cinematográficamente podríamos afirmar que Thatcher solo existió para que Meryl Streep la interpretara en la pantalla grande y se llevara así su tercer Oscar a casa. La interpretación de la norteamericana es impecable, como siempre es soberbia en su manejo de acentos, inflexiones, detalles, para dotar a su personaje de una vida y una increíble sensación de realidad que hace al público interesarse por ella todo el tiempo.
Con el Diablo adentro, el fraude como motor
Con el Diablo Adentro: en 1989 un exorcismo no autorizado por el Vaticano sale mal, culminando con la muerte de dos clérigos y una monja, así como en el encarcelamiento de la mujer supuestamente poseida. Por iniciativa de la iglesia católica es trasladada a un hospital psiquiátrico en un lugar cercano al Varicano. 20 años después su hija acude a visitarle para intentar conocer la verdad de lo sucedido.
El mockumentary continúa su conquista de la taquilla y el público aficionado al cine de terror, ahora con esta cinta que intenta capturar la esencia de lo que es un exorcismo real y las fatídicas consecuencias que tiene enfrentarse al demonio. Una premisa aterradora que naufraga ante una titubeante dirección, patéticas actuaciones y sobre todo la ausencia total ya no digamos de un guión sino de una historia mínimamente congruente que logre atrapar e interesar al espectador.
Protegiendo al enemigo… clases de actuación
Hay películas que simplemente se hacen para que el espectador se tumbe en su asiento un par de horas y se deje llevar por la adrenalina de lo que ocurre en pantalla. Protegiendo al Enemigo (Safe House) es de esas. Una cinta de acción que no le exige nada al espectador excepto divertirse con lo que pasa en pantalla. Lamentablemente no logra atrapar completamente al espectador que por momentos puede sentirse en el título de una cinta de Resortes: Hora y Media de Balazos.
Matt Weston (Ryan Reynolds) es un agente de la CIA encargado de cuidar una casa de seguridad en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, quien harto de su situación busca ser promovido y enviado a otro país con otra misión. A su sitio es llevado un ex agente de la CIA que ahora se dedica a vender secretos de la misma y otras agencias al mejor postor, Tobin Frost (Denzel Washington). Cuando un equipo de asesinos irrumpe en el lugar la misión de Matt es la de cuidar y defender la vida de su invitado inesperado.
50/50 la seriedad tomada con humor y amor
50/50 es una película sobre el cáncer, sobre las posibilidades de sobrevivir a un devastador tumor en la vaina del nervio periférico a los 27 años, cuando lo menos que te pasa por la mente es que puedes morir por una enfermedad mortal.
50/50 es una película sobre la amistad, sobre como los amigos siempre estarán a tu lado para apoyarte, sacarte de la depresión, consolarte, aprovecharse de tus debilidades y apuntalar tus fortalezas.
50/50 es una película sobre la familia, del apoyo que te brinda, del dolor que te causan, de la forma nuestras madres siempre encontrarán la manera de convertirse en las víctimas de nuestro dolor y ser las heroínas de nuestra supervivencia.










