Una noche de sorpresas sin duda, el primer shock de la noche fue cuando al entregarse el premio a Mejor Serie de Drama la ganadora fue Homeland, un oscuro thriller basado en una serie israelí que muestra los entretelones del contraterrorismo y que es protagonizada por Claire Danes, la cual dejó en la lona a la gran favorita de la noche, Game of Thrones y a las que se pensaba darían la pelea, Boardwalk Empire y American Horror Story.
Pero no fue la única sorpresa, a diferencia del año pasado en que Rick Gervais tiró con todo a la sociedad hollywoodense, este año sus comentarios fueron erráticos y faltos de punch, aun cuando lograron meter por momentos en aprietos a los productores de la entrega. Quizá su acuse público de que le habían pedido comportarse y no atacar a nadie este año en realidad si influyó y prefirió asegurar un año pagado más que esperar la decisión. Sus únicos comentarios ácidos fueron al inicio para Mel Gibson y Jodie Foster y el primer presentador, Johnny Depp quien fue provocado por Gervais para hacerle tener uno de sus famosos ataques explosivos pero simplemente lo ignoró con un “Que gracioso” que gruñó al verle alejarse del escenario.
Los premios empezaron a caer con la presencia de Mila Kunis quien entregó el premio a Mejor Actor de Reparto en Comedia a Christopher Plummer por su sorprendente actuación en la cinta Begginers.
A partir de ese momento los Globos de Oro cayeron en sus errores de siempre al presentar una errática ceremonia donde la premiación pasaba de un lado a otro sin ninguna coherencia y provocando cansancio con su falta de ritmo y emoción.
Por supuesto hubo grandes momentos, como cuando William H. Macy y Felicity Huffman presentaron el premio a la Mejor Actriz Secundaria en una serie o película para televisión y lo hicieron cantando consejos a los ganadores. Premio que por cierto fue a parar a manos de Jessica Lange por su sobresaliente participación en la serie American Horror Story.
Cuando llegó el turno de presentar el premio a Mejor Película Extranjera, Rick Gervais presentó a Madonna burlándose de ella al decir que ella era mucha moda (“Vogue”), es una chica material (“Material Girl”) y que es como una virgen (“Like a Virgin”), la diva del pop al tomar el micrófono le dijo “Si soy como una virgen porque no vienes y haces algo al respecto, no he besado a una chica en años… en televisión”.
Un momento emotivo fue la entrega del premio Cecil B. DeMille a Morgan Freeman quien fue presentado por dos grandes actores, Sidney Poitier y Helen Mirren, quien resaltaron el trabajo del actor y dieron paso a un video con las participaciones más memorables de Freeman, la cual incluyó el antológico momento cuando representó a Dracula en el programa de televisión de The Electric Company¸ bañándose dentro de un ataúd.
Morgan no dudo en reconocer la importancia de Sidney Poitier para los actores negros y mencionó: “Recibir este reconocimiento de sus manos hace que me dé cuenta de que en mi casa será conocido también como el premio Sidney Poitier”. Y también hizo las delicias de todos al decir “Dicen que cuando amas tu trabajo nunca tendrás que trabajar, y si ese es el caso, en los pasados 45 años no he trabajado porque la pasión de mi vida es la actuación”.
Aunque quizá el mejor momento de la noche se vivió cuando se presentó el premio a Mejor Serie de Comedia, el cual fue presentado por Salma Hayek y Antonio Banderas, quien le respondió a Gervais, que había dicho que le había gustado mucho saludarles aunque no había entendido una palabra, con un poema recitado en el mejor acento español y dicho a tan alta velocidad que Salma tuvo que decir que ella tampoco lo había entendido. Todo para dar paso al elenco de Modern Family.
El discurso de aceptación de Modern Family lo dio una genial Sofía Vergara posesionada de su personaje, quien dio las gracias en español mientras el director de la serie “traducía” lo que ella iba diciendo, obviamente sin nada de relación con lo que se había pronunciado. La noche se la llevó Vergara quien demostró se encuentra en el mejor momento de su carrera.
La entrega culminó impulsando a The Artist y Los Descendientes (The Descendants) rumbo a la próxima entrega del Oscar. Y dejó a un Rick Gervais sólo y que en esta ocasión no pudo ser tan incisivo como el año pasado, siendo vapuleado por todos aquellos a los que intentó molestar.