La edición 16 del Festival Internacional de Cine de Morelia tuvo como gran invitado al director de cine Alfonso Cuarón, uno de los tres amigos que emigraron a Hollywood y que, al igual que ellos, ha triunfado completamente en el mercado norteamericano, y quien tras muchos años regresó a México para filmar un largometraje nacional, la ahora aclamada e idolatrada “Roma”, la cual fue vendida a Netflix y cuyo paso en pantalla grande va a ser fugaz, ocasionando que sus exhibiciones causen gran expectativa y que haya sido objeto de una gran gala y un monopolio de exhibiciones durante el FICM.
Alfonso Cuarón carece de las tablas y manejo de prensa de un Alejandro González Iñárritu, del carismo con la gente de Guillermo del Toro, y eso hace que la mayoría de sus actos se agranden y vean de otras formas, lo que no ayuda a sentir que se está en un festejo.