Críticas
Amenaza Roja, el cine patriotero gringo ochentero regresa
En los 80s la Guerra Fría dominaba no sólo el panorama político sino que el cine y los héroes de acción sólo podían graduarse como tales cuando se enfrentaban a los grandes, sucios, malolientes y extremadamente tontos rusos. Ahora la Guerra Fría es un capítulo cerrado en la historia y el cine ha tenido que buscar nuevos enemigos que ocupen el lugar de los rusos, convencidos de que ya no es fácil estereotiparles tan fácil, ahora son cada vez más rudos e inteligentes… bueno lo suficiente para ser villanos pero no tanto como para no derrotarles.
Un día cualquiera los coreanos deciden invadir Estados Unidos, de forma tan sorpresiva que logran su cometido y someten a gran parte del territorio bajo su mando. En Spokane, Washington, un marine de vacaciones, su hermano y un grupo de amigos, forman una milicia que se opone a la invasión, logrando poner en jaque a los irritantes visitantes.
En El lugar donde todo termina aún hay esperanza
El lugar donde todo termina (The Place beyond the pines) muestra una sociedad decadente en donde sin importar el estrato social, todos se enfrentan a la consecuencia de sus actos. La película cuenta con las actuaciones de Ryan Gosling, Eva Mendes y Bradley Cooper, junto a actores como Ray Liotta, Rose Byrne y Bruce Greenwood, además de los jóvenes Emory Cohen y Dane DeHaan.
Dirigida por Derek Cianfrance (Triste San Valentín/Blue Valentine), El lugar donde todo termina es una combinación entre acción en su primera parte para después adentrarse a la decadencia social, familiar y juvenil, creada en su parte por las decisiones de los padres, los secretos y la culpa que se traslada a los hijos.
Superman, el hombre de acero, Zack le gana a Nolan
El hijo predilecto de Krypton, el heredero de Jor-El, el alienígena más famoso entre los terrícolas, el único Kal-El, mejor conocido por los mortales como Superman o su alter ego Clark Kent, regresa a la pantalla grande con una cinta que despertó la curiosidad de todos aquellos que han seguido las aventuras de éste superhéroe desde que se anunció que su productor sería Christopher Nolan y el director el visionario Zack Snyder.
Visualmente apabullante la cinta carece de emotividad, de emoción, de acción, es sólo la ilustración de nueva cuenta de la historia del personaje sin aportar nada nuevo a su mitología a pesar de que busca romper con los esquemas del mismo, lejos queda de las expectativas creadas permitiendo sólo afirmar que en El Hombre de Acero (Man of Steel) el director Snyder le ha ganado la partida al productor Nolan al predominar lo visual sobre la historia.
Después de la Tierra, un tributo a la Dianética
En una suerte de secuela a En búsqueda de la felicidad (The Pursuit of Happiness), Will Smith regresa a la pantalla grande con su hijo, Jaden Smith. Bajo la dirección de M. Night Shyamalan, que últimamente no ha tenido suerte en sus películas, Después de la Tierra (After Earth) prometía acción, emoción y una pareja de padre e hijo que podía llegar a los corazones de la audiencia.
La película carece del carisma de Will Smith y nos deja a manos de su hijo Jaden Smith, quien no logra sostener la película como protagonista haciendo de su personaje un joven poco creíble. Shyamalan nos envuelve en su calidad visual pero nos queda a deber la emoción y la empatía que se debe tener con los personajes, llama más la atención el valor visual donde, sin 3D, parece que se pueden tocar las plantas que toda el tiempo en pantalla de Jaden Smith.
El Gran Gatsby, excesos para una sociedad vacía
Escrita en 1925 por F. Scott Fitzgerald, El gran Gatsby es una de las grandes novelas norteamericanas en las que se muestra los desenfrenos y la decadencia de la sociedad. Adaptada al cine varias veces, siendo la más recordada la versión de 1974 con Mia Farrow y Robert Redford; El gran Gatsby no ha sido afortunada en sus adaptaciones al cine.
Ahora, a manos de Baz Luhrmann, nos llega una adaptación modernizada de la novela pero que retira mucha de la parte crítica a la sociedad y decadencia de los personajes; enfocando todos los esfuerzos en un drama emocional, en la superproducción de vestuarios, efectos especiales y detalles visuales, El gran Gatsby es un simple filme de desamor, bien hecho pero poco fiel a su original.