Críticas
El Lórax en busca de la trúfula perdida, reflexión para una sociedad consumista
En la vida todo inicia con un deseo de un cumplir un sueño, sin importar qué tan difícil sea el camino o cuántos tropiezos se sufran, uno promete que lo lograra a toda costa. Sin perder la esperanza, un joven emprendedor busca materiales para poder confeccionar una prenda que cambiara la vida de la gente, cuando por fin encuentra un bosque lleno de hermosas trufulas, sin dudarlo ni pensar en las consecuencias de sus actos, decide utilizar los recursos del bosque sin ponerse límite alguno. Ante esto viene la destrucción capitalista de explotar todo los recursos naturales sin prever que no son eternos pero irremediablemente el daño está hecho y cuando uno cae en desgracia, habrá otro que se aproveche de la situación.
El panorama no es nada alentador ni tampoco desconocido en la vida real, la destrucción de la naturaleza es algo que la sociedad ha perfeccionado a lo largo del tiempo. Sin embargo, rápidamente hemos visto las consecuencias de la tala inmoderada, la contaminación del aire y del agua, etc. Todo esto se resume de manera sencilla y directa en El Lórax en busca de la trúfula perdida al tratar el problema de la sed por el progreso y las comodidades sin prestar atención a cómo todo esto afecta al medio ambiente.
?Shame, deseos culpables, entre el vacío existencial y el sexo
Brandon un ejecutivo exitoso y soltero es forzado a ajustar su ritmo de vida cuando su hermana, Sissy, llega a su departamento sin previo aviso. Con una relación problemática y con guiños incestuosos, ambos personajes demuestran el vacío de sus vidas, él viviendo sólo a través de sus relaciones sexuales y ella tratando desesperadamente de encontrar una relación sentimental que la saque de su soledad.
El Príncipe del Desierto, Annaud y el oro negro
Jean-Jaques Annaud siempre lo logra, al terminar una película suya siempre quedamos con la sensación de que hemos visto algo bueno, que no sólo satisface nuestras necesidades de cine comercial sino de arte. Así nos pasó con La Guerra del Fuego (Quest for Fire 1981) El Nombre de la Rosa (The Name of the Rose 1986) y, en menor medida con El Amante (L'Amant 1992) y Siete Años en el Tibet (Seven Years in Tibet 1997). Y al igual que con esas películas, al momento de mirarlas sabíamos había algo que no terminaba de cuadrar, de convencernos, aun cuando al final no podríamos decir fueran malas o incompletas.
Esto es guerra, comedia que trasciende géneros
La amistad de dos grandes amigos se ve comprometida cuando se dan cuenta que ambos les gusta la misma mujer y ella será la que decida con quién se queda. El trío de actores, Reese Whiterspoon, Tom Hardy y Chris Pine tienen una química en pantalla maravillosa, con actuaciones acertadas y un guión estupendo, Esto es guerra se levanta como una película que logar combinar romance y cursilerías con acción y derrame de testosterona.
Esto es guerra, el chick flick conoce al bromance
Cuando Reese Whiterspoon se da cuenta de que se ha interpuesto entre dos grandes amigos lo único viene a su mente es compararse a una mujer destructora de amistades, Yoko Ono, quien ha cargado históricamente con la culpa de la separación de The Beatles. Esa línea corona lo que es una de las cintas más divertidas del año, Esto es Guerra (This Means War) coprotagonizada por Chris Pine y Tom Hardy.
La película narra como la amistad entre dos agentes de la CIA se ve puesta a prueba cuando aparece en la vida de ambos una mujer dedicada a probar productos ante su salida al mercado y que busca sobreponerse a la nueva relación de su exnovio. Ambos quedan prendados de ella y deciden, en un pacto de amigos, no inmiscuirse en sus intentos por conquistarla y que sea ella quien elija al mejor.