Un grupo de ladrones, liderados por un peligroso criminal; Tiger Mafia, empiezan a robar niños de la localidad por orden de su líder quien, convencido por su brujo con doctorado, cree que la sangre de los niños tiene poderes mágicos y pretende sacrificarlos. Sin embargo, los criminales no se dan cuenta que los niños que van robando resultan ser inigualables en las artes marciales y entre más van capturando, más los ayudan a poder formar un equipo sin igual que jugará en contra de los malévolos planes de Tiger Mafia.
Crazy World es de esas películas que encuentra su valía no por su gran producción o por intentar hacer una “buena” película con poco dinero. Es el aceptar que con el dinero que tienen sólo pueden hacer un tipo de película y es de esas que son tan absurdas y exageradas, con tan pobres efectos, que resultan ser una joya en sí mismas porque pasan del mal gusto o lo tonto, a mostrar el objetivo más sincero de una película: entretener sin pretensiones. Y es que el estilo gonzo de IGG Nabwana da un resultado tan honesto e hilarante que hace de la película algo único.