Desde que puedo recordar la nota roja me ha llamado la atención, el leer sobre asesinatos, crímenes, herencia innegable de que en casa de mis abuelos siempre encontraba “La Prensa”, periódico del que recuerdo mi abuelo siempre me decía que confiaba en él porque era el que decía lo que los otros callan (y no lo niego, la descripción que hacía era comparable al “Alarma” pero con mayor caché), por lo que esa atención se pasó a mi afición de películas, y hubo una que cuando la vi en canal 11 (antes de que Sariñana destrozará esa programación) de inmediato me atrapo, “M, El Maldito” (M – Eine Stadt sucht einen Mörder) de Fritz Lang.
“M” narra la paranoia que invade Berlín cuando surge un asesino en serie que sólo elimina menores, lo que pone en jaque a la policía y a los ciudadanos. La policía lo busca frenética y desesperadamente, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa. Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos.