2019

Hay pocas películas a las que podemos calificar de magistrales sin temor a equivocarnos, “Vengadores: Endgame” (Avengers: Endgame) es una de ellas. Si Infinity War nos impresionó con su habilidad para reunir a los personajes, dar su momento a cada uno sin abusar del protagonismo y entregar una batalla espectacular contra uno de los mejores villanos de todo el universo cinematográfico Marvel, su continuación va más arriba superando todas nuestras expectativas; sin duda, los hermanos Russo han dado un cierre épico, digno y, efectivamente, magistral a este viaje que ha durado once años y 22 películas.

Lógicamente, “Vengadores: Endgame” funciona como una continuación de “Infinity War”, sin embargo, logra expandir su propia premisa, es decir, la incógnita principal (el gancho) sobre si los Vengadores podrían revivir a sus compañeros desvanecidos con el chasquido infinito, se abre para sumergirnos en una misión sin precedentes en el MCU y elaborar una historia que se replantea desde los primeros minutos.

Guardando las debidas proporciones podemos asegurar que “Vengadores: Infinity War” es el equivalente a “El Señor de los Anillos. La comunidad del Anillo” dentro del universo cinemático de Marvel, todos recordamos la emoción con la que la recibimos, con la que la gozamos, pero también recordamos que al ver “El Señor de los Anillos. Las Dos Torres” de inmediato tuvimos que reconocer su secuela era infinitamente superior en cada aspecto. Y podemos asegurar lo anterior porque “Vengadores: Endgame” (Avengers: Endgame) comparada a la cinta anterior de los superhéroes es superior en cada aspecto.

Y si quieren llegar completamente vírgenes a la función que les corresponde de la cinta, dejen de leer en este momento, regresen cuando la hayan visto. Advertidos están.

Robert Redford es un ícono, una leyenda, uno de los nombres que estarán asociados por siempre a la historia del cine, dueño de un carisma brutal, de una sonrisa irresistible, protagonista de cintas clásicas, por lo que cuando anuncio que “Un Caballero y Su Revolver” (The Old Man & the Gun) sería su último trabajo cinematográfico, de inmediato se pusieron los reflectores sobre ella, y es asombroso que le haya escogido, como un epílogo perfecto a su carrera.

Forrest Tucker es un hombre de 61 años que es buscado por la policía desde que escapara por 16 ocasión de donde estaba detenido, dedicándose al robo elegante de bancos, siempre usando la misma táctica, sin violencia, sin herir a nadie. Tras su pista se encuentra un joven policía que ve frustrados sus intentos cuando el FBI toma el caso y logran tenderle a una trampa a Tucker para detenerle, pero es difícil mantener a alguien donde no se desea y fuera de sus hábitos.

Cuando al término del documental de John Alexander, “This is Love”, el centro de atención del mismo, el músico Rudy Love, le confiesa al director que el regreso a Wichita es volver a casa y vemos como el cúmulo de emociones lo golpea y desarma, no podemos más que comprender que el regreso a los orígenes siempre será una pesada carga donde a la vez que te recuerda dónde estás te hace recordar a dónde has llegado. Un momento que engloba perfectamente el viaje emocional que ha sido la película.

Rudy Love es un músico negro ligado al movimiento funk que ha inspirado a diversos cantantes y compositores, no sólo por su labor musical sino porque siempre se ha rodeado de familia, lo que hace que sus conciertos se conviertan más en una experiencia sensorial de amor y apoyo, que sólo de virtuosismo musical.

Escrita y dirigida por Mamuro Hosoda, “Mirai, mi pequeña hermana” cuenta la historia de cómo Kun, un niño de 4 años, debe de adaptarse a ser el hermano mayor y todo lo que esto conlleva, incluyendo el entender el cambio de prioridades de sus padres y de todos los que lo rodean.

Una de las leyendas mexicanas más antiguas de las que tenemos memoria es la de “La Llorona, los orígenes de la misma se pueden rastrear a la época anterior a la invasión europea, quedando asentada una primera aparición en lo que se conoce como los presagios funestos que anunciaron al imperio azteca la caída del mismo, donde se dice que por las noches se llegaba a oír a una mujer que recorría el lugar diciendo "¡Ay, hijitos míos, tenemos que irnos lejos! ¡Ay, hijitos míos, ¿adónde los llevaré?". Pero la versión que se ha hecho popular y reconocida es la que narra como una mujer indígena es engañada por un español, lo que le lleva a asesinar en un lago a sus tres hijos, producto del amorío con aquel, suicidándose después de ello. Después del hecho se aparecía en las orillas del lago lamentando la muerte de sus hijos. Sobre el tema se han escrito muchos libros, obras de teatro y se han realizado diversas cintas, siendo la más reciente “La Maldición de La Llorona” (The Curse of La Llorona).

Mimi Leder, directora conocida por su amplia trayectoria en la televisión, así como por sus cintas “Impacto Profundo” (“Deep Impacto”, 1998) y “El Pacificador” (“The Pecemaker”, 1997), nos muestra la historia de una ícono feminista contemporánea; la abogada Ruth Bader Ginsburg y el inicio de la lucha para eliminar la discriminación basada en el género dentro de las leyes estadounidenses.

La leyenda del Rey Arturo, de la espada en la piedra, del mago Merlín y de la despiadada Morgana han dado pie a cientos de historias, muchos libros, muchas películas, muchas versiones y visiones del hecho, desafortunadamente en el cine las últimas experiencias al respecto han sido fallidas, bastante olvidables, por lo que el anuncio de que vendría una nueva visita al tema no entusiasmo a casi nadie… hasta que salió el avance y “Nacido para ser Rey” (The Kid Who Would Be King) se puso en la mira de todos los que buscan buenas aventuras en el cine, ahora con su estreno podemos confirmar que estamos ante una de las mejores cintas para estimular la imaginación y provocar una reacción positiva en los jóvenes que le vean.

Alex tiene doce años, forma parte del eslabón débil de la escuela junto a su amigo Bedders, quienes son hostigados por los bravucones Lance y Kaye. Huyendo un día de ellos entra a una construcción donde encuentra una espada clavada en una piedra, la cual saca y se lleva a casa. Pronto es contactado con Merlín quien le advierte que el próximo eclipse solar traerá el caos a la tierra si no vencen a Morgana y para lograrlo deberá formar un ejército, por lo que deberá convencer a su amigo y a los bravucones escolares de seguirle en una lucha contra un enemigo que no es de ésta época.

El duelo es una de las emociones más complejas que debemos de manejar alguna vez en la vida, ya sea por la muerte de un ser cercano o por la pérdida de alguna relación, el proceso que cada uno enfrenta es distinto, pero no por ello diferente en el fondo, la lucha por salir de la tristeza, de la desazón pueden consumir todo. Ese es el tema que trata “Restos de Viento” de la realizadora mexicana Jimena Montemayor, la cual no sólo nos brinda una particular visión de los hechos, al enfocarse a la forma los niños perciben y superan estas situaciones.

Carmen ha enviudado y no puede salir de la depresión la agobia, dejando a sus dos hijos lideando con su propio duelo. Poco a poco ellos van entendiendo y comprendiendo la ausencia paterna y obligando a su madre a enfrentar la dura realidad.

En el 2011 Gerardo Naranjo presentó “Miss Bala”, una cinta que basada en el caso real sobre una ex Miss Sinaloa que se ve involucrada en el narco, la película no sólo nos impresionó por su protagonista, una excelente Stephanie Sigman, sino que resultó una brutal bofetada en el rostro del espectador quien lejos de caricaturas sobre el tema se ve inmerso en una realidad que más bien parece ficción que aterra, nos golpea en el estómago y zarandea. Ahora nos llega su remake gringo, su versión hollywoodense, la cual carece de cualquier interés y, dicho sea de paso, de razón de ser.

Gloria, radicada en los Estados Unidos, regresa a Tijuana para reencontrar a su amiga Suzu, quien busca concursar en un concurso de belleza, pero esa noche, un atentado contra el jefe de la policía hace que ésta desaparezca y que ella deba buscarle, lo que le lleva a conocer a un narcotraficante local e inmiscuirse en un mundo oscuro donde no existen lealtades, sólo el poder.