Críticas
“Un Lugar En Silencio. Día Uno” por favor hagamos ruido, mucho ruido
En 2018 John Krasinski nos entregaría una gran película en “Un Lugar en Silencio” (A Quiet Place) la cual mostraría la forma escasos sobrevivientes a una invasión extraterrestre tenían que guardar silencio para lograr conservar la vida, la forma en que lograba las audiencias se metieran en la cinta y callaran a la vez resultaba admirable, dos años después llegaría su secuela llevando a sus protagonistas a otros caminos. Ahora, seis años después del inicio, llega “Un Lugar En Silencio. Día Uno” (A Quiet Place: Day One), qu, a diferencia de las otras dos, nos invita a hacer mucho ruido para acabar con el aburrimiento tenemos en pantalla.
Sam, poetisa con cáncer, pasa sus últimos días en un hospital, un día al ir a una función de títeres, bajo la promesa de que después irán por pizza, es testigo del inicio de una invasión extraterrestre. Decidida a cumplir su último capricho, se encamina a su pizzería favorita para comer una última rebanada. En el camino conoce a un estudiante de leyes, ambos deberán unir fuerzas para sobrevivir en el caos y, sobre todo, guardar silencio, mucho silencio, ya que cualquier ruido alerta a los invasores.
“Exhuma La Tumba del Diablo” el efectivo terror coreano
La exhumación implica el acto de extraer un cadáver de la tierra después de haber sido enterrado. Usualmente, este tipo de procesos son realizados ante algún caso de investigación criminal, al menos según la ideología occidental. Pero también, exhumar un cuerpo implica otras cuestiones, como la creencia de que el alma de una persona debe regresar a su lugar de nacimiento. Pero hay veces que el realizar esta práctica no solo implica molestar a las almas que, supuestamente, están en eterno descanso, sino que ahondan en un vínculo mucho más profundo que implica no sólo espiritualidad sino también territorio.
“Exhuma La Tumba del Diablo” (파묘), del director Jang Jae-hyun (Exorcistas, 2015; Svaha: The Sixth Finger, 2019) presenta una historia dividida en seis capítulos donde, poco a poco, va desenterrando un misterio lleno de diversos giros, empezando por una aparente maldición familiar hasta llegar a un relato mucho más profundo y reflexivo que enfrenta la ciencia, la superstición y la historia de un país como Corea del Sur, creando un híbrido de suspenso por demás interesante donde mientras más se cava, más capas se encuentran.
“Herencia Siniestra” un absurdo entretenimiento
El cine de terror muchas veces muestra bien las raíces de donde proviene ocultas entre las narrativas o formas del género. El horror asiático suele caracterizarse por la mirada de lo espiritual y el mudno de los espectros, usualmente mujeres, que aterrorizan a los protagonistas. En Hollywood, el jump scare, las casas abandonadas o los slashers muestran un a-b-c de fórmual probada que la gente suele comprar sin importar lo mala que sea el producto. Pero en Latinoamérica, el terror ha mostrado diferentes caras y temáticas, reinventando conceptos (Cuando Acecha la Maldad, Rugna, 2023) e incluso reinterpretando los mismos, dándoles un toque auténtico (Huesera, Garza Cervera, 2022).
Entre esas visiones diferentes donde el bajo presupuesto o el ingenio de los realizadores provocan historias interesantes en fondo y forma, el cine brasileño y portugués se distingue no sólo por inclinarse normalmente hacia la dura crítica social que el colonialismo dejó sobre ellos (A Mata Negra, Aragao, 2018) o la desigualdad que se acentúa en el país sudamericano con funestas consecuencias (Property, Bandeira, 2022). Sin embargo, Gabriel Abrantes, realizador portugués nacido en Carolina del Sur, explora ahora las entrañas de un horror folclórico donde la brujería y los lazos de familia coinciden en la bizarra pero entretenida “Herencia Siniestra” (Amelia´s Children, 2023).
“Las noches son de los monstruos” cuando los humanos sacan su cara verdadera
El cine de terror refleja los temores de la sociedad, poniendo en clave de cine de criaturas y cosas sobrenaturales temas complicados y complejos que vistos desde esta forma pueden ser más sencillos de entender y comprender por las masas, poniendo el dedo en la llaga de temas deben ser platicas y analizados, la cinta “Las noches son de los monstruos” nos lleva a los terrenos de lo complejo es crecer en terrenos hostiles.
Sol y su madre llegan a un pueblo para vivir con Gonzalo, abandonando su vida pasada así como sus lugares habituales. Su llegada le enfrenta a hostilidades en la escuela y el acoso de la pareja de su madre, quien cumple turno nocturno. Un día encuentra a una perra atrapada y la libera, estableciendo con ella una conexión, la cual las unirá para luchar contra aquellos que buscan herirlas.
“Años Luz” adentrándonos en las relaciones de hermanos
Las relaciones familiares son complicadas, más entre hermanos, más cuando estos se encuentran por alguna razón alejados y deben reunirse de nuevo por algo importante. La forma en que aflora en esos reencuentros las viejas interacciones y las diferencias de carácter resultan siempre fascinantes, y eso es, en parte, lo que narra la cinta uruguaya de “Años Luz”.
Mateo, Belén y Maria José, tres hermanos treintañeros, se reencuentran para vender la casa donde crecieron. Con este objetivo emprenden viaje hacia su pueblo natal, sin saber que, realmente, lo que van a hacer es abrir heridas, curar recuerdos y hallar motivos para seguir adelante.